Tuesday, January 17, 2012

El motín

Después de la aventura del no robo, caminamos un poco, visitamos librerías (¡somos maestras!), y nos atrajo una música bien chévere.  Entramos en un restaurante esencialmente al aire libre, y gozamos mucho de la música.  La Maestra Stacy pidió langosta y la Maestra Henry pidió cerdo y pescado porque ofrecían dos carnes.  Escuchamos la música, comimos la comida tan rica, y sacamos fotos de los música.  Salimos para buscar un taxi para regresar al hotel, y vinimos en un Plymouth del año 1953.  ¡Qué aventura!

Cambiamos para asistir a una conferencia de literatura que iba a empezar a las 4 de la tarde.  (En la Casa de las América, que queda a 2 cuadras del hotel, y pudimos caminar.)  Llegamos a las 2:45, y hubo cola.  Nos formamos, y esperamos ... y esperamos ... por media hora.  Al fin abrieron las puertas, y subimos al tercer piso.  Dentro de 5 minutos, el salón se llenó por completo y no quedaron asientos.  La gente seguía llegando, y estaba parada.  Al fin el salón estaba super llena, más de 600 personas, y todos esperamos 45 minutos para la conferencia del escritor uruguayo Eduardo Galeano.  Habló y leyó selecciones de sus dos libros más recientes, hablando por una hora con 20 minutos.  Dijeron que tranquilos, tenían 500 ejemplares de su libro que iban a vender a precio bajísimo (75 centavos del dólar), abajo al salir.  Pues, todas las 600 personas tuvimos que bajar la escalera --la única escalera-- y doblar y buscar dónde estaban los libros.  Todo el mundo se empeñaba en conseguir un ejemplar.  Empujando, tratando de pasar adelante entre los otros, los cuales estaban tratando de pasar adelante.  Hubo una intensidad enorme porque todos querían el libro.  Cuando se dieron cuenta de que se iban a acabar, todos empezaron a empujar y a gritar, y corrieron hacia el otro lugar donde todavía tenían unos pocos ejemplares. 

Era un motín.  Un motín que surgió del deseo de leer su obra.  Asistió gente de todo el público:  jóvenes, viejos, ricos, pobres, universitarios, inválidos.  Los universitarios habían conseguido los primeros ejemplares, y todos los otros --ricos y pobres, mujeres y hombres, todos-- luchaban para llegar a los pocos que quedaban.  Nosotras no los conseguimos.  ;-(   

En los EE.UU., ¿habría un motín sólo para leer un libro?

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